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¡Cumplimos 25 años!

Pues no soy yo de celebraciones pero pensando y analizando, esto sí que merece celebrarlo.

Más cuando la cosa está difícil para los pequeños comercios como yo, mantener el negocio es duro, si lo valoramos en tema emocional y económico también, no nos vamos a engañar.

25 años dan para mucho, desde los comienzos, siendo yo una criatura que apenas había salido del cascarón, me ponía al pie de una tienda, sin tener ni idea de lo que eran las ventas y el trato con el cliente.

De números sí, porque era lo que había estudiado, pero no me sirvió de mucho, ya que en el 96 no tenía ni ordenador, una librera tenía para apuntar. En ella llevaba mi inventario y en otra ingresos menos gastos.  Con rotuladores flourescentes de colores, para diferenciar meses, marcaba lo que vendía. Ahiiii que tiempos, cuando la peseta era tan graciosa y se movía, vaya que se movía.

Luego llegó mi primer ordenador y las hojas de excel se convirtieron en mi mayor aliado que, a día de hoy, no puedo dejarlas, aunque otros programas hagan el trabajo, yo tengo que verlo en excel.

Viví los buenos tiempos de la caña y el mimbre, que se vendía para la casa de la playa, mobiliario de todo tipo, habitaciones, comedores, terrazas y hasta en baños. Cuantos artesanos tenía suministrando todo tipo de muebles y sillones. El mobiliario de caña tenía un precio económico, fácil de vender y que además quedaba muy bonito y fresco.

Iba con mi furgoneta, haciendo horas extras para repartir todo tipo de mobiliario, hasta colchones. Sobretodo en verano, a las 4 de la tarde, pasando calor, sudando a mares pero era joven y podía con todo. Ahora lo pienso, y no lo hago jjjj.

Aguanté la crisis del ladrillo, que me afectó indirectamente, no por el cliente que no llegaba sino porque los artesanos que alegremente me suministraban dejaron el oficio. Además, aparecieron los centros comerciales y grandes superficies, destrozando precios y marcando nuevas tendencias, donde el mimbre era algo viejuno y desfasado.

Tocó adaptarse, cambiar imagen para parecer mas actual, era fácil caer en el victimismo, pero no paraba de hacer cursos para adaptarme y reciclarme como lo de la tienda online, eso me gustaba. Si la tienda física tiene 25 años, la online tiene 10 años, que eso también es un logro, no?

Y aquí sigo, al pie del cañón, con días que lo mandaría todo a paseo y otros con ganas de lanzarme a nuevos proyectos. Continúo invirtiendo en formación y creo que he conseguido ser un pequeño referente en mi zona como tienda de decoración y tienda de mimbre artesanal.

No sé cuantos años más durará la tienda, hace un tiempo le puse fecha de caducidad, pero la situación de pandemia que hemos vivido, cambió el consumo y le dio un empujón al negocio. Además de que las fibras naturales están de moda y eso es un aliciente para continuar. Lo que si sé es que me gustaría cuando acabe este ciclo, acabar con una sonrisa, con buenos recuerdos y no agonizando por falta de liquidez.

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En nuestra tienda de mimbre en San Javier podrás disfrutar de la compra de los mejores productos de mimbre artesanales. Tu hogar quedará decorado con un estilo personal y único que muchos envidiarán. Queremos que nuestros productos te hagan sentir cómodo en cualquier espacio. Algunos de ellos los podrás hasta personalizar a tu gusto. Además, también los podrás comprar rápidamente en esta tienda online desde cualquier lugar de España.

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